He de confesar que este post es el que más trabajo me ha costado comenzar, ¿por qué? Porque sufro de un grave caso de "writer's block". De cualquier modo, dejen que les platique un poco acerca de los highlights que tuvieron estos capítulos para mí.
El cantar de Roldán
Hay algo en esta historia que me remite al relato del "Memento Mori", por si no lo saben, cuenta la leyenda que un general famoso en Roma regresaba de la batalla victorioso, un sirviente iba detrás de él con un cráneo en la mano recordándole que era mortal y que también algún día moriría: "Respice post te! Hominem te esse memento. Memento mori". Sin embargo, no es que La Chanson de Roland sea particularmente tétrica ni nada por el estilo, solo que se me ocurrió contar eso a manera de anécdota, para darle un poco más de contexto. De cualquier modo, Roland, jefe militar del ejército de Carlomagno, era temerario y soberbio; en el cantar se exponen algunos "hechos" (entre comillas porque según mis investigaciones están tremendamente modificados a la conveniencia del pueblo que lo cante) de la Batalla de Roncesvalles, pero no es importante por ser una canción de guerra, es importante porque se dice que es el primer texto narrativo en lengua romance.
Mientras buscaba un poco de información sobre este famoso cantar, no pude evitar pensar: "Bueno, ante todo esto: ¿cómo era el francés de esta época?" Y lo que encontré me sorprendió más de lo que hubiera debido, ya que me di cuenta que era espeluznantemente similar al castellano, y muchísimo más parecido al latín. Véanlo con sus propios ojos:
Las Glosas
La palabra "glosa" me trae recuerdos de mí en mi penúltimo semestre de la prepa resolviendo mi libro de etimologías grecolatinas. Por alguna razón, esta clase me evoca mucho esa época de otoño de 2015, menos mal que fue una buena, de lo contrario, sería una tortura.
Las glosas a las que nos referimos en este contexto son unas anotaciones hechas por los frailes de San Millán de la Cogolla y los de Santo Domingo de Silos, pero no eran unas anotaciones cualquiera, para nosotros son importantes porque ahí existe evidencia de un idioma que ya no era latín, y era más parecido al castellano.
Adicionalmente, en esta época, les gustaba poner el artículo después del verbo, como en "Quisolo". Debo confesar que en todo caso, yo no tendría problemas en entenderme con alguien del medioevo, ya que ocupo esa estructura más veces de lo que me gustaría admitir, y muchas más de las que creo que es considerado correcto en una conversación casual.
Hablando de la Edad Media... ¡Qué época tan genial! ¿No? Casi puedo imaginarme a toda Europa medieval rodando los ojos ante mi comentario, pero en el castellano pasó algo muy raro (¿habrá sido por la muerte negra?): evolucionó de manera diferente a las otras lenguas romances. Entre lo más notable encuentro que la /f/ se convirtió en /h/, suprimimos /g/ y /j/ iniciales, y además nos deshicimos de un montón de consonantes sibilantes. Why? Because of linguistic economy, I guess.
Aquí acaban los highlights, ahora me limitaré a hablar sobre el Mío Cid, Mi Señor en árabe. Ya que recordar es vivir, les contaré otra de mis anécdotas. Cuando estaba en primer año de secundaria, tenía unos libros muy peculiares llamados "antologías" para clase de español, eran un montón de fotocopias engargoladas que se supone leíamos una vez a la semana en clase. Uno de los textos que venía en ese libro era El Cantar del Mío Cid, y estoy segura que a pesar de que yo no lo recuerdo, alguna vez lo tuvimos que leer, de otra manera la profesora fue injusta, ya que en un examen bimestral, uno de los ejercicios era transcribir algunas estrofas a castellano moderno. A la fecha, no logro recordar si pude o no transcribirlo, imagino que sí, ya que lo único que se necesita para hacerlo es un poco de Sprachgefühl (intuición lingüística), pero recuerdo que sí me sorprendí, sobre todo por las cedillas en las C (Ç). ¿Quién iba a decir que casi 9 años después iba a estar tomando una clase que explica hasta por qué el castellano no conservó las cedillas mientras que el francés sí?
De cualquier manera, el Mío Cid es un texto literario que era fácil de aprender por las rimas que tiene, similar a las canciones que ahora se nos pegan y nos aprendemos en cuestión de unos cuantos días, yo me imagino que en el medioevo las personas se la pasaban recitando (¿cantando? No quiero sonar redundante) estos cantares. Es más, seguro había un grupo de amigos que se encargaba de pasársela corrigiendo uno al otro, o tal vez quienes decían: "¡Otra vez tú con tu Mío Cid! Ya párale, por favor", todo esto en castellano medieval, obvio.
El cantar de Roldán
Hay algo en esta historia que me remite al relato del "Memento Mori", por si no lo saben, cuenta la leyenda que un general famoso en Roma regresaba de la batalla victorioso, un sirviente iba detrás de él con un cráneo en la mano recordándole que era mortal y que también algún día moriría: "Respice post te! Hominem te esse memento. Memento mori". Sin embargo, no es que La Chanson de Roland sea particularmente tétrica ni nada por el estilo, solo que se me ocurrió contar eso a manera de anécdota, para darle un poco más de contexto. De cualquier modo, Roland, jefe militar del ejército de Carlomagno, era temerario y soberbio; en el cantar se exponen algunos "hechos" (entre comillas porque según mis investigaciones están tremendamente modificados a la conveniencia del pueblo que lo cante) de la Batalla de Roncesvalles, pero no es importante por ser una canción de guerra, es importante porque se dice que es el primer texto narrativo en lengua romance.
Mientras buscaba un poco de información sobre este famoso cantar, no pude evitar pensar: "Bueno, ante todo esto: ¿cómo era el francés de esta época?" Y lo que encontré me sorprendió más de lo que hubiera debido, ya que me di cuenta que era espeluznantemente similar al castellano, y muchísimo más parecido al latín. Véanlo con sus propios ojos:
Las Glosas
La palabra "glosa" me trae recuerdos de mí en mi penúltimo semestre de la prepa resolviendo mi libro de etimologías grecolatinas. Por alguna razón, esta clase me evoca mucho esa época de otoño de 2015, menos mal que fue una buena, de lo contrario, sería una tortura.
Las glosas a las que nos referimos en este contexto son unas anotaciones hechas por los frailes de San Millán de la Cogolla y los de Santo Domingo de Silos, pero no eran unas anotaciones cualquiera, para nosotros son importantes porque ahí existe evidencia de un idioma que ya no era latín, y era más parecido al castellano.
Adicionalmente, en esta época, les gustaba poner el artículo después del verbo, como en "Quisolo". Debo confesar que en todo caso, yo no tendría problemas en entenderme con alguien del medioevo, ya que ocupo esa estructura más veces de lo que me gustaría admitir, y muchas más de las que creo que es considerado correcto en una conversación casual.
Hablando de la Edad Media... ¡Qué época tan genial! ¿No? Casi puedo imaginarme a toda Europa medieval rodando los ojos ante mi comentario, pero en el castellano pasó algo muy raro (¿habrá sido por la muerte negra?): evolucionó de manera diferente a las otras lenguas romances. Entre lo más notable encuentro que la /f/ se convirtió en /h/, suprimimos /g/ y /j/ iniciales, y además nos deshicimos de un montón de consonantes sibilantes. Why? Because of linguistic economy, I guess.
Aquí acaban los highlights, ahora me limitaré a hablar sobre el Mío Cid, Mi Señor en árabe. Ya que recordar es vivir, les contaré otra de mis anécdotas. Cuando estaba en primer año de secundaria, tenía unos libros muy peculiares llamados "antologías" para clase de español, eran un montón de fotocopias engargoladas que se supone leíamos una vez a la semana en clase. Uno de los textos que venía en ese libro era El Cantar del Mío Cid, y estoy segura que a pesar de que yo no lo recuerdo, alguna vez lo tuvimos que leer, de otra manera la profesora fue injusta, ya que en un examen bimestral, uno de los ejercicios era transcribir algunas estrofas a castellano moderno. A la fecha, no logro recordar si pude o no transcribirlo, imagino que sí, ya que lo único que se necesita para hacerlo es un poco de Sprachgefühl (intuición lingüística), pero recuerdo que sí me sorprendí, sobre todo por las cedillas en las C (Ç). ¿Quién iba a decir que casi 9 años después iba a estar tomando una clase que explica hasta por qué el castellano no conservó las cedillas mientras que el francés sí?
De cualquier manera, el Mío Cid es un texto literario que era fácil de aprender por las rimas que tiene, similar a las canciones que ahora se nos pegan y nos aprendemos en cuestión de unos cuantos días, yo me imagino que en el medioevo las personas se la pasaban recitando (¿cantando? No quiero sonar redundante) estos cantares. Es más, seguro había un grupo de amigos que se encargaba de pasársela corrigiendo uno al otro, o tal vez quienes decían: "¡Otra vez tú con tu Mío Cid! Ya párale, por favor", todo esto en castellano medieval, obvio.
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